Durante el mes de febrero las vidrieras de muchos locales de la calle San Martín , la arteria principal de Comodoro Rivadavia , fueron decoradas para acompañar la conmemoración del Centenario de la fundación de la localidad[2]. Objetos personales y fotografías dejaron el ámbito privado para ser expuestas ante el público como una forma de adherir a la celebración[3]. Paralelamente, los recuerdos personales y familiares emergieron del olvido, pareció que todos tenían que decir algo sobre el pasado de la ciudad. Unos días después, mientras caminaba en las cercanías de la Municipalidad, un trabajador me detuvo para preguntarme por el texto que llevaba en mi mano, diciendo si era el libro de ‘Comodoro’. El libro en cuestión, auspiciado por el gobierno municipal se basa en entrevistas y fotografías de “pioneros” que llegaron a la localidad entre 1898-1915[4]. La presentación del libro a la que asistieron el intendente y otros funcionarios municipales se realizó en un hotel céntrico propiedad de una de estas ‘primeras familias’. Paralelamente, la Dirección de Cultura organizó encuentros en los distintos barrios de la ciudad, en los que los relatos de los ‘primeros vecinos’ permitían vincular su experiencia personal al pasado local. En la semana siguiente al 23 de febrero , mi vecina ( una ex -reina del petróleo), preguntó por mi participación en la publicación ” Crónicas del Centenario”, que había aparecido también como parte de los festejos del aniversario. La tarea fue realizada por periodistas de un diario local, quienes utilizaron un número importante de fuentes orales para su elaboración [5].

Este creciente interés por el pasado y el empleo de fuentes orales en el marco de los festejos de fundación local constituyen el objeto de este trabajo. Dado que la Patagonia fue incorporada tardíamente al Estado Argentino , muchas de las ciudades que se encuentran en ella han comenzado a recordar los cien años de su existencia[6]. Por otra parte, en los últimos años estos rituales ( que suelen ser una de las prácticas de conmemoración con mayor reconocimiento entre los ciudadanos) han sido revitalizados e incluso reinventados [7]. En el caso de Comodoro Rivadavia, no me parece obvio señalar que este intento de recuperar el pasado de la localidad haya coincidido con el período en que se produjo la privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, transformación que acarreó una crisis de identidad muy profunda en la región[8].

Los trabajos de Pierre Nora, Edgar de Decca y Tzvetan Todorov han señalado que en los últimos treinta años el interés por la memoria cristaliza en momentos históricos particulares en los que la conciencia se debilita[9]. Todorov en especial ha subrayado que los relatos producidos en este contexto son fruto de una selección forzada de la memoria y nos advierte sobre los abusos de su utilización y el rol que el pasado debe jugar en el presente[10]. La cuestión que quiero abordar en ese trabajo es doble ya que en tanto historiador las transformaciones antes mencionadas han producido una crisis muy profunda en cuanto a nuestro rol profesional. Debemos pensar en situarnos en esta nueva coyuntura historiográfica y tratar de asumir una postura crítica y reflexiva. En tanto este es un encuentro de especialistas en fuentes orales me parece oportuno reflexionar sobre el empleo de las mismas en momentos en que su utilización se amplía revitalizando lecturas del pasado local.

El empleo de fuentes orales desde la esfera oficial: entre los “pioneros” y los “primeros vecinos”

En Comodoro Rivadavia los festejos comenzaron en agosto del 2000, cuando se inauguró el denominado “Año del Centenario“. Entre las distintas actividades sobresalieron la organización de concursos para proveer a la ciudad de himno, bandera, y monumento [11]. Durante febrero en particular, la semana en que se conmemoraban los cien años se presentaron oficialmente los textos anteriormente mencionados y se realizaron los talleres barriales[12]. El punto culminante de la celebración fue la visita presidencial a la ciudad[13].

El día martes 20 se presentó el libro A Mi tierra…, las autoras señalan en la introducción: La Patagonia , otrora dominio del indio, de la soledad y del desierto, impuso su poder, más que por la acción estatal, por la incansable tarea de quienes vinieron soñando con fabulosas riquezas (…) Hoy a cien años de su fundación, queremos recordar a todos aquellos pobladores que fueron capaces de ganarse el corazón de esta tierra y supieron vislumbrar la grandeza futura, a pesar de la aridez y soledad de entonces (…)¿Quiénes fueron esos hombres y mujeres que entre 1898 y 1915 llegaron a Comodoro Rivadavia?(…) Este es un libro en homenaje a todos los pioneros de Comodoro Rivadaviaes que tras la aventura de los inmigrantes esta tierra tan alejada dejó de ser un misterio y surgió con firmeza convirtiéndose en una Gran Ciudad[14]. Las palabras del intendente local sirven como prólogo “ recuerdo que a principios de iniciada nuestra gestión al frente del gobierno municipal las autoras propusieron realizar una obra que contuviera la historia de las familias afincadas en Com.Riv. entre los años 1901-1916[15].

Recuerdos, hombres y mujeres, historia de familias . Estas ideas se remarcan siempre a lo largo del texto contrariando la idea de la “Gran Ciudad”. Es que estas memorialistas emplean las fuentes orales para instalar una imagen que se asemeja a la de una” gran aldea” , muy similar a la que Fernando Aliata ha estudiado para el caso de Buenos Aires[16]. La transformación del desierto por obra de los inmigrantes se mezcla insistentemente con el relato idealizado de una ciudad de infancia y que, como ha mostrado este autor, forma parte de un género organizado como “historia urbana” en el que el costumbrismo literario prima sobre el orden histórico: una verdadera estructura canónica[17]. Coincido con Aliata cuando sostiene que esta matriz historiográfica que se inaugura a fines del siglo XIX, esta imagen idílica del inmovilismo, volverá a reiterarse cada vez que la ciudad, desde un presente siempre confuso, quiera revisar su pasado [18].

El texto está organizado por años y la presentación de la información es de corte biográfico. Se detalla el nombre del pionero ( mayoritariamente varón) y algunas veces se menciona su esposa y el resto de su familia. Las fotografías familiares ocupan una parte importante de la edición, aunque su utilización es meramente ilustrativa. Sistemáticamente todas las biografías culminan con el relato de la genealogía familiar hasta nuestros días. “Recopilar y armar la historia de nuestra querida ciudad fue un desafío que nos propusimos y nos llenó de satisfacciones. Dialogar con antiguos vecinos, escuchar innumerables relatos y anécdotas fue maravilloso y nos permitió conocer las raíces de Comodoro Rivadavia y comprender el amor y sacrificio que pusieron en esta tierra quienes vinieron y apostaron a ella, adoptándola como propia y eligiéndola para vivir con sus familias[19]. La cuestión que me preocupa es que el empleo que se hace de las fuentes orales es simplemente celebratorio, pero paralelamente el esfuerzo de las autoras es destacado en el prólogo en el que se sostiene que “ la siempre muy delicada y difícil tarea de investigación histórica para el posterior rescate de personajes y hechos[20]

La imagen de ciudad inmóvil y el rescate de personajes y hechos parece alcanzar a otros sectores al organizarse experiencias similares a talleres barriales a los que acuden los denominados “ primeros vecinos o antiguos pobladores[21]. Quienes participan de estas experiencias auspiciadas por el Estado Municipal no cuentan con la posibilidad de que sus recuerdos sean parte de una publicación oficial . Así, lo que la visión oficial consagra es la memoria de un pequeño grupo, aquel que se vincula con el centro histórico de la ciudad. Paralelamente se crea la ilusión a través del reconocimiento a quienes participan de estos grupos de recordación de que el registro de voces de “primeros vecinos” se amplía a todos los barrios de la ciudad[22].

Medios de Comunicación y Fuentes Orales

Durante el transcurso del “año del Centenario” los medios de comunicación de la ciudad hicieron un uso creciente de fuentes orales reivindicando el lugar que han tenido en el siglo XX al estimular la construcción de identificaciones colectivas y profundizar el sentido de pertenencia urbano[23]. Debido a razones de espacio no haré referencia aquí al que considero un abuso del empleo de entrevistas sobre todo por parte de las radios locales durante la práctica de conmemoración analizada. Pero coincido con Winocur que es posible pensar la relación entre radio y ciudadanos, si atendemos sobre todo a los programas de participación, ” como un ámbito privilegiado para estudiar el papel que han jugado los medios en los procesos de construcción de la ciudadanía”[24].

La publicación de Crónicas del Centenario puede ser vinculada a una larga tradición por parte de la prensa local que acostumbra acompañar la celebración del aniversario con la edición de suplementos o anuarios conmemorativos[25]. En este sentido, estos suplementos o anuarios siguen la estructura canónica que ha descripto Aliata[26]. El mérito de Crónicas del Centenario es haber roto con esta estructura canónica incorporando buena parte de los resultados de las investigaciones que se hicieron en los últimos años en el ámbito universitario[27]. La experiencia ciertamente fue muy interesante ya que permitió que nuestras producciones alcanzaran un mayor nivel de divulgación y paralelamente se incorporara a la crónica algunos elementos que muestran un enfoque más problemático, plural y contradictorio del pasado local y que tiende a ligar los problemas del pasado con el presente[28].

En general, buena parte de los anuarios conmemorativos producidos a lo largo del siglo XX se basan en información que proviene de fuentes orales, aunque es algo que no se explicita abiertamente. En el caso de Crónicas del Centenario, el empleo de las mismas tiene mucho que ver con el perfil de una de sus autoras, Elvira Córdoba que en los años recientes ha tenido a su cargo la redacción de la columna “ Por andar este Sur” en las páginas del periódico[29]. Una cierta dosis de nostalgia está presente aún en el uso que se hace de las entrevistas, aunque en el anuario se insertan con una periodización organizada por décadas y problemas que hacen a un enfoque más novedoso del pasado de la ciudad.

Sin embargo, si atendemos a la imagen que tiene la dirección del diario acerca de la historia y del historiador es similar a la del ejemplo anteriormente analizado: “Pasar de periodista a historiador representa a veces un pequeño paso …(…) Esta historia comenzó un año atrás cuando luego de investigar y recopilar el material para preparar el suplemento del diario Crónica en conmemoración del 99 aniversario de la ciudad[30]. El pasado y su reconstrucción son entendidos aún como una tarea que es meramente producto de la recopilación y la anécdota. Debo decir que a pesar de esta visión por parte de la Dirección del diario, la obra logra superar esta concepción que ignora la profesionalización del trabajo del historiador .

Conclusiones

Al escribir esta reflexiones he tratado de señalar que tanto el Estado Municipal como los medios de comunicación continúan siendo actores cruciales en la gestación de identidades locales. Sin embargo, pareciera que los historiadores, otrora protagonistas de esta construcción de “tradiciones inventadas” e “identidades imaginadas” , hemos estado relativamente al margen. Al presenciar los festejos del aniversario, mi competencia profesional entró seriamente en conflicto con las percepciones que tiene la comunidad acerca de nuestro trabajo. Ciertamente desde el retorno a la democracia nos hemos profesionalizado y este esfuerzo considerable ha alcanzado también a las tendencias y temáticas que aborda la Historia Oral en la Argentina.

En este contexto, el objeto de este trabajo ha sido analizar el creciente interés por el pasado y el empleo de fuentes orales en el marco de los festejos de fundación de la ciudad en la que vivo . En momentos en que su utilización se amplía para revitalizar lecturas del pasado local ,intento sugerir en estas páginas que como sostiene Rosana Guber que ” si las identidades sociales son siempre construcciones ellas requieren un trabajo, tienen lugar en procesos y no se ligan con esencias inmanentes”[31].

Sin embargo, mientras nuestro trabajo con las fuentes orales debe ser visto en el campo más amplio de los estudios sobre la memoria social y nuestra tarea permite llamar la atención sobre estos procesos , se me hace difícil imaginar un camino por el cual el rigor profesional se articule con el compromiso que tenemos como ciudadanos.

Notas:

[1] Universidad Nacional de la Patagonia ” San Juan Bosco /Universidad Nacional de la Patagonia Austral. Una versión preliminar de la misma fue presentada en el marco del V Encuentro Nacional de Historia Oral¤š UBA- Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, Capital Federal Agosto 2001. La presente versión forma parte del volumen de Homenaje a Dora Schwarzstein compilado por Vera Carnovale, Federico Lorenz y Roberto Pitaluga, Programa de Historia Oral, UBA.( En prensa). [volver]

[2] Los ámbitos urbanos que analizo son las localidades costeras de la zona litoral del Golfo San Jorge, Caleta Olivia ( Santa Cruz ) y Comodoro Rivadavia ( Chubut). Ambas localidades conmemoraron su centenario en el año durante el 2001. Teniendo en cuenta los resultados de una investigación anterior en la que se abordaron las perspectivas de quienes habían gerenciado y mediado las esferas públicas municipales ( Directores o Supervisores de Cultura de la Subregión ), éstos definieron una serie de eventos culturales estables que son administrados directa o indirectamente por el Estado Municipal. Estos eventos se producen y reproducen como acontecimientos permanentes en los espacios sociales urbanos globalizados. Véase, ” Políticas Cultuales Municipales y Crisis de Desarrollo en el Norte de Santa Cruz y Sur del Chubut” Informe Final de Investigación, U.N.P.A., 1999. [volver]

[3] Los eventos que se asocian a estas prácticas de conmemoración incluyen toda una serie de festejos que van desde el tradicional acto oficial en el día del aniversario, la formación de comisiones “del Centenario” y otros actividades de distinta índole ( elección de reinas, eventos deportivos y culturales). [volver]

[4] Liliana Esther Peralta y María Laura Morón; A mi tierraUn homenaje a los primeros pobladores Comodoro Rivadavia¤š 1901-2001; Com.Riv; Imprenta Gráfica Andrade, 2001. [volver]

[5] Stella Armesto, Elvira Córdoba y Raúl Figueroa, Crónicas del Centenario. Comodoro Rivadavia¤š 1901-2001, Bs.As., Compañía Gráfica Balbi, 2001. [volver]

[6] Para un análisis general de la incorporación tardía de Patagonia al Estado Argentino, véase Susana Bandieri, ” Ampliando las fronteras: la ocupación de la Patagonia” en Mirta Z. Lobato ( Dir.), Nueva Historia Argentina. El progreso¤š la modernización y sus límites ( 1880-1916), Bs.As., Sudamericana, 2000, Tomo V, cap.3, pp. 119-177. Específicamente para el abordaje de la subregión analizada : Daniel Márquez y Mario Palma Godoy, Comodoro Rivadavia en Tiempos de Cambio, Com.Riv., Ed. Proyección Patagónica, 1993. [volver]

[7] Entre los habitantes de una localidad suele haber “prácticas sociales de conmemoración”, definidas estas como prácticas intencionales que adscriben cierto significado a los acontecimientos. La gente recuerda , celebra y hasta se apena frente a aquellos hechos que forman parte de una identidad y concepción cultural reconocida por todos. David Middleton – Derek Edwards ( Comps.), Memoria Compartida. La naturaleza social del recuerdo y del olvido, España, Paidós, 1992, p. 23. En el caso de Comodoro Rivadavia desde comienzos de los años 90, la fiesta de la fundación de la localidad ha sido objeto de una re-invención. Si bien el Estado Municipal comenzó a resignificarla, correspondió a una radio de frecuencia modulada local introducir un nuevo ritual. Así todos los 23 de febrero en horas del mediodía los habitantes se acercan al puerto local, ubicado en el centro de a ciudad y arrojan al mar flores en homenaje de los pioneros y como símbolo de esperanza. Al respecto puede consultarse, Mariel Pacheco; “Una forma ritual de la (pos) modernidad: ‘La Flor de la Esperanza. La pugna por el manejo de la memoria colectiva y del espacio urbano en Comodoro Rivadavia “, Informe de Avance de Investigación del Proyecto Antropología de las Políticas Culturales…”¤š Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, Noviembre 2000. [volver]

[8] Agustín Salvia y Marta Panaia ( Comps.); La Patagonia Privatizada. Crisis¤š cambios estructurales en el sistema regional patagónico y sus impactos en los mercados de trabajo, Bs.As.,Colección CEA-CBC, Universidad de Buenos Aires- Universidad Nacional de la Patagonia Austral, 1997. También, Agustín Salvia ( comp.); La Patagonia de los Noventa. Sectores que ganan¤š sociedades que pierden, Bs.As., La Colmena, 1999. [volver]

[9]Pierre Nora, Les Lieux de Mémoire, 3 tomos, París, Gallimard, 1984-1992; Edgar Salvadori de Decca; ” “Memoria y Ciudadanía”, Bs.As¤š Entrepasados¤š No.3, Fines 1992, pp.111-118 y Tzvetan Todorov; Les abus de la mémoire; París. Arlea, 1995. [volver]

[10] Todorov; Ob.Cit.; 1995. [volver]

[11] Diario Crónica, 27/01/01,año XXXVII, No. 15.744, Com.Riv, p.2.; Diario Crónica, 28/01/01, año XXXVII, No. 15745, Com.Riv, pp.5 y 25; Diario Crónica¤š 17/02/01, año XXXVII, No.15.762, Com.Riv, p.2. Un excelente análisis sobre el lugar de los símbolos en la invención de una tradición nacional es el de Lilia Ana Bertoni, “Construir la nacionalidad: héroes, estatuas y fiestas patrias, 1887- 1891″ , Bs.As., Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana¤š Dr. Emilio Ravignani, 3ª serie, 1er. Semestre 1991. [volver]

[12] Diario Crónica, 21/02/01, Año XXXIX, No. 15765, Com. Riv.,p.45 [volver]

[13] Diario Crónica, 23/02/01, Año XXXIX, No. 15767, Com. Riv, pp.2 y ss.; Diario El Patagónico, 23/01/01, AñoXXXIII, No. 10.036, Com.Riv., pp. 1 y ss.. [volver]

[14] Peralta y Morón, Ob. cit. p. 7. [volver]

[15] Ibídem, p. 5. [volver]

[16] Fernando Aliata, ” Ciudad o Aldea. La construcción de la historia urbana del Buenos Aires anterior a Caseros”, Bs.As., Entrepasados, Año II, No.3, fines de 1992, pp. 51-65. [volver]

[17] Ibídem. [volver]

[18] Ibídem, p.65. [volver]

[19] Peralta y Morón, ob. cit., p. 65. [volver]

[20] Ibídem., p. 5. [volver]

[21] Diario Crónica, 17/02/01, Año XXXVII, No.15762, Com.Riv, p.10. [volver]

[22] Diario Crónica, 18/02/01, Año XXIX, No. 15763, Com. Riv, p.32. [volver]

[23] Néstor García Canclini ( coord.), Cultura y Comunicación en la ciudad de México 1ª y 2ª Parte. La ciudad y los ciudadanos imaginados por los medios, México, Grijalbo, 1998. 2 tomos. [volver]

[24] Rosalía Winocur, ” Radio y ciudadanos: usos privados de una voz pública”, en García Canclini; Ob. Cit, p.127. [volver]

[25] José de Angelis ( Dir), Album de Comodoro Rivadavia 1934, Com.Riv, Imprenta el Gráfico,1934.; Justo. Ezpeleta ( Subdir), Cincuentenario de Comodoro Rivadavia 1901-1951, Com. Riv, Editorial El Rivadavia, 1951; Justo R. Ezpeleta ( Director), Medio Siglo de Petróleo Argentino 1907-1957, Com.Riv, Editorial El Rivadavia, 1957 y Roque González ( Dir.)¤š Comodoro 70, Com Riv, Diario El Patagónico, 1971. [volver]

[26] Según Aliata la estructura canónica repite para el caso de Buenos Aires: la ciudad vista desde la rada y el puerto, la Plaza de Mayo y sus edificios más significativos, seguidos por una explicación de la vivienda y la vida doméstica y una clasificación de las diferentes actividades de la ciudad: comercio, teatro, música, vida literaria y social, transportes, etc. La pervivencia de esa estructura formal en el tiempo resulta sorpredente, Ob.Cit, p.62. [volver]

[27] Mi colaboración consistió en orientar a los autores en los temas que requerían de formación disciplinar y poner a su disposición trabajos más recientes de mi autoría como así también realizar contactos con alumnos y egresados recientes de la carrera que habían realizado investigaciones en los últimos años . [volver]

[28] En cuanto a la producción académica a nivel local, la aparición de Comodoro Rivadavia en tiempos de cambio de Daniel Cabral Marques y Mario Palma Godoy en 1993, puede ser vista en el sentido de ” una gran relato sobre la ciudad” en la perspectiva propuesta por Luis Alberto Romero. Debe destacarse que el texto hoy agotado planteó una imagen que contrastaba fuertemente con la ” historia oficial” del pasado local y en la que el núcleo central que había sido fundado en 1901 era más importante. En los años siguientes las investigaciones realizadas en el ámbito académico y mayoritariamente relacionadas con el abordaje de la explotación petrolera han señalado que Comodoro Rivadavia ha tenido un pasado propio de comunidades mineras en la que la incorporación al ejido municipal es relativamente tardía. Véase Daniel Márquez y Mario Palma Godoy, Comodoro Rivadavia en Tiempos de Cambio, Com. Riv., Ediciones Proyección Patagónica, 1993 y Luis Alberto Romero, ” La Historiografía argentina en la democracia: los problemas de la construcción de un campo profesional”, Bs. As., Entrepasados, Año V, No.10, 1996, pp.91-106. [volver]

[29] Un balance del empleo de fuentes orales por parte de la prensa escrita en el contexto de la Patagonia Austral puede consultarse en Mario Palma Godoy; ” Condiciones de producción histórica y perspectivas de desarrollo de la Historia Oral en la Patagonia Austral. Aportes para una reflexión teórico-epistemológica”, Caleta Olivia, Revista Patagónica de Historia Oral, UNPA, No. 1 , 1996, pp.57-65. En la actualidad Elvira Córdoba se encuentra trabajando en la publicación de un libro que se basaría en alrededor de 400 entrevistas, un fondo documental considerable. [volver]

[30] Daniel C.Zamit, “Prólogo” en Ob.Cit., pág.11. [volver]

[31] Rosana Guber, “Truchos y genuinos. Las identidades en el trabajo de campo” en Cuadernos de Epistemología, copia, sin fecha,p.35-37. [volver]

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