Resumen

Presentación breve de una lógica en uso -de escaso grado de formalización en la actualidad- orientada a producir conocimiento científico -en forma sistemática y rigurosa-, diferente a los actuales y centrada en el respeto por la materia investigada y la capacidad de los agentes de intervenir socialmente.

Introducción

Durante los cursos de metodología de la investigación social, y en variados textos dedicados a su difusión y divulgación son habituales las presentaciones sumarias de los diferentes sistemas de decisiones puestos en juego por cada investigador a la hora participar en esta práctica social. Y esta afirmación corre pareja para las variadas lógicas disyuntivas (hipotético/deductivismo, el comprensivismo/ naturalista y el ensayismo/teoricista). [1]

Sin embargo, no han tenido similar suerte las propuestas conjuntivas, y en especial las inscriptas en epistemologías críticas. Quizás quien ha manifestado con más claridad esta ausencia ha sido Bourdieu en la introducción a El oficio de sociólogo. En sus palabras: “Nos hemos detenido, entre otras razones, por el temor de que este esfuerzo de esclarecimiento pedagógico pueda llevar, debido a los límites de la comunicación escrita, a negar que que la enseñanza de investigación es una enseñanza de invención y que pudiera estimular la canonización de preceptos desgastados de una nueva metodología o, peor aún de una nueva tradición teórica. No es un riesgo ficticio: la crítica, en su momento herético, del empirismo positivista y de la abstracción metodológica, tiene enormes posibilidades de confunirse, actualmente, con los discursos previos de una nueva vulgata que consiga, una vez más, postergar la ciencia, sustityendo el honroso lugar de la pureza teórica con la obsesión de la impecabilidad metodológica” (Bourdieu, 1988:10).

Por lo tanto, no ha sido incapacidad o falta de rigurosidad, sino una decisión reflexionada al calor de los excesos producidos por la pereza intelectual ocasionada por metodologismo. Ha sido una decisión orientada a evitar recetarios, tecnologías “hechas y listas” para aplicar. En síntesis: una decisión ética, como supuesto de un esfuerzo simultáneamente teórico y empírico, por aprehender la lógica específica del objeto específico de los objetos de investigación.

Si bien el camino de la formación en investigación requiere de cierto grado de formalización, aquella que se propone en estas líneas no van más allá de la enunciación de ciertos principios de racionalidad científica. Pues la propia práctica reflexiva de la investiación y de su enseñanza, han confirmado una y otra vez, la afirmación “sólo se aprende a investigar, investigando”.

En este sentido, se presentan los principios generales de una lógica conjuntiva, que podría denominarse dialéctico/construccionista o, simplemente, lógica de la reconstrucción. Propuesta lanzada contra la hegemonía del “consenso ortodoxo” [2] (sancionado y legitimado por los cursos de “metodología tradicional” que bajo la influencia de Popper y la filosofía analítica encontró sustento epistemológico [3]) y la divulgación de supuestos defensores de la investigación como proceso dialéctico [4]. Máxime, porque a pesar de los esfuerzos contrarios [5] en la actualidad no se ha desplazado en la práctica, la hegemonía de la lógica explictivo/hipotético-deductivista y su pareja epistemológica, el naturalismo/compensivista.

Breve panorama sobre las lógicas de investigación

En un texto anterior (Becerra, 2001) se expusieron las coordenadas significativas de las lógicas de investigación aplicadas en las ciencias sociales. En un esfuerzo por comprender las diferentes apuestas se prestaron dos grandes matrices, lógicas, habitus científicos: a) lógicas disyuntivas (Achilli, 1994) y b) lógicas conjuntivas. Entre las segundas, se encontrarían los esfuerzos cognitivos de diferentes intelectuales. Esfuerzos no siempre compatibles entre sí (por ejemplo, Bourdieu, Zemelman vs. Morín y Luhmann). Estos habitus conjuntistas se encuentran sostenidos por simples reflexiones teóricas (no muy alejadas del formalismo/teoricista, aunque escritas desde otras bases de racionalidad científica) o por aproximaciones simultáneamente teóricas y empíricas (Bourdieu y el círculo de investigadores de Zemelman).

En tanto, las propuestas disyuntivas aunque sufran los embates de díscolos y rebeldes, gozan de la hegemonía lograda por años de sostenimiento y reforzamiento pedagógico. Los libros de investigación no dejan de nombrarlas y sólo una guerrila epistemética logrará desbaratar su hegemonía. Aún así, y a riesgo de perpetuar sus esquemas -aunque sea por la sencilla operación de identificarlas-, se engloban en esta categoría:

a) Empirismo-hipotético/deductivista

Se entiende a la metodología tradicional, orientada a la contrastación de una hipótesis operativa que se contrasta con la realidad empírica[6]. En esta estrategia, la teoría tiene un papel deductivo; (método hipotético-deductivo y el falsacionismo popperiano). Entre las características del empirismo-positivista como “lógica en uso” podrían mencionarse: i) regla del fenomenalismo, es decir, la negación a la diferencia entre esencia y fenómeno, ii) regla del nominalismo, es decir, la negación a que lo general pueda ser aplicado a lo particular (y por lo tanto la imposibilidad de concebir a los fenómenos sociales como espacio donde “construir” leyes universales (sean H-D o probabilísticas, aquí falta una nota al pie que explique el éxito predictivo de las encuestas, por ejemplo), iii) la regla de monismo-metodológico, es decir, la creencia en la unidad fundamental del método de la ciencia (asumiendo que el método a seguir es el de las ciencias naturales y en particular de la física, iv) la regla de la escisión sujeto/objeto (no hay intereses puesto en juego ni valoraciones, y la correspondencia entre la teoría y la realidad se reduce a una cuestión de las bondades del instrumento, motivo por el cual se lo considera fuera de sospecha y finalmente al anular la diferencia entre esencia y fenómeno, analizando los fenómenos como directamente observables.

b) Respecto al naturalismo/comprensivista:

Entre las características principales del naturalismo como “lógica en uso” deberíamos incluir: i) la regla de la incontaminación de la observación, es decir, que el mundo social debe ser estudiado en su “ámbito natural”, a través de procedimientos naturales; ii) la regla del respeto del diseño a la naturaleza del mundo empírico, iii) la regla de la interpretación a través del dominio de los juegos del lenguaje (vs. explicación), iv) la regla del extrañamiento.

c) Sobre el formalismo/teoricista

El formalismo es una práctica intelectual en la cual la producción del conocimiento se realiza por entero al interior del discurso teórico, sin que exista una interacción entre el sujeto y el objeto de conocimiento a través de la prueba. Es decir: No hay operación sobre la realidad para producir el conocimiento.

La inclusión del “formalismo” como lógica en uso de corte disyuntivo en la práctica de generación de conocimientos se impone porque es común en la actividad de las ciencias sociales aplicar a partir de ciertos conceptos -y en forma deductiva y sistémica- una interpretación de la realidad social, expuesta ya en la teoría.

De acuerdo a la exposición de Castells (1968:67) existen dos variantes fundamentales del formalismo: i) la práctica donde no hay relación alguna con el “exterior” del discurso, muy próxima al ensayismo; y ii) la práctica donde la relación con el “exterior” es de pura aplicación de las categorías, de categorización del exterior, según los criterios de deducción (H-D)[7]. Pero el formalismo se expresa también en las tendencias metateóricas. Esfuerzo de creciente desarrollo en los últimos años. Por meta-teoría se entiende la “teoría de la teoría”, la generación de nuevas teorías a partir del análisis de las existentes (Becerra, 2001)

La reconstrucción de la lógica del objeto: aproximación

Esta lógica concentra su atención en la generación de teoría para cada objeto de investigación. Sin negar la existencia de categorías generales, no se teoriza a partir de la contrastación de consecuencias observacionales, surgidas por la aplicación de un proceso deductivo. Además, el interés por la construcción de teoría específica alcanza plenitud de sentido a partir de comprender la importancia de las siguiente operaciones cognitivas: i) apertura hacia el contenido de las teorías existentes (vigentes o en decadencia), pero sobre la base de su redefinición de acuerdo a cada investigación, y ii) construcción resultado de un proceso desplegado en movimientos sucesivos y/o simultáneos que marcan un encadenamiento de las categorías que dan cuenta del fenómeno.

Por lo tanto, la teoría no es presupuesta y verificada o corroborada (como en el hipotético/deductivismo). En este habitus científico la línea básica de explicación se encuentra muy alejada de las apuestas verificacionistas propias del neopositivismo o del falsacionismo popperiano, y es reconstruida en un proceso lógico (o teórico) y, a la vez, en confrontación con lo real (Garza Toledo, 1988)[8].

A diferencia de la estrategia verificacionista/falsacionista, esa confrontación con lo real no se da al final del proceso interpretación de los datos producidos, sino como “prueba histórico totalizante“, como praxis (Garza Toledo, 1988). Ahora bien: durante este proceso reconstructivo, las imágenes producidas por el proceso de confrontación con lo real, constituyen la “primera verificación”. De esta manera, el punto culminante no es la verificación, sino la reconstrucción de concreto pensado.

Desde la mirada dialéctico/reconstruccionista ni los aspectos relevantes de lo real ni sus jerarquías pueden ser presupuestos, sino que ambos deben ser descubiertos/reconstruidos. La explicación -en esta perspectiva- se alcanza cuando se ha logrado generar la teoría específica (lógica del objeto). Al mismo tiempo, a diferencia de la estrategia positivista, la delimitación del objeto no se logra sino en el momento mismo de la explicación. Arribar al concreto pensado es en esta medida, lo mismo que reconstruir la totalidad, la cual no se identifica con el todo-real, sino que implica el descubrimiento de los aspectos determinantes del proceso y sus articulaciones. Así, la noción de totalidad subsume y no niega a la causalidad. Esta no sería sino un aspecto parcial de aquella, no presupuesta (cuando se utiliza una teoría formalizada que explica las relaciones entre los elementos del fenómeno observado), sino articulada en la reconstrucción”. Es decir: una lógica que permite articular las propuestas de Bourdieu, Samaja, Zemelman, Sheptulin, Saltalamacchia, Glaser, Strauss y Corbin, entre otros.

En tal sentido, la lógica reconstruccionista constituye una apuesta que impone una reflexión epistemológica clara y decisiva: considerar aquellas posturas que respeten -en el marco de la relación cognoscitiva- la “naturaleza” del fenómeno analizado; e incorporen en su actividad científica, una formulación sobre la propia práctica-investigativa que es a la vez, metodológica y teórica (ciencia social reflexiva).

Movimientos epistémicos de la reconstrucción

Este habitus científico puede presentarse como un esfuerzo sistemático constituido por tres movimientos estratégicos, diferenciados con fines analíticos, pero simultáneamente presentes, por lo tanto, inscriptos en un proceso epiriforme y recursivo.

La noción de movimiento se propone como alternativa a otras circulantes en las aulas y libros académicos[9]. Completa a “proceso de investigación”, presenta matices diferentes a las categorías procesuales de corte temporal como “etapas” (de connotaciones mecánicas), “fases” (de reminiscencia evolucionista), “momentos” (de tendencia al corte y la sucesión), etc.. En este sentido, se expone movimiento como metáfora que incluye las siguientes unidades de sentido: acción, dirección, sucesión y/o simultaneidad de los actos.

En cuanto al término estratégico, ha sido seleccionado -a falta de mejor opción- a partir del sentido que adquiere cuando se piensa en el proceso de investigación como una acción de los agentes, racional y planificada. Sin embargo, adquiere plena potencia cuando asume nuevas significaciones como alcance de objetivos, y por lo tanto, predispuesta a imaginar tácticas de aprehensión de acuerdo a las resistencias planteadas por cada uno de los objetos de investigación.

Presentación esquemática

De esta forma, el habitus científico orientador pretende y apuesta a la articulación de cuestiones epistémicas-metodológicas-tecnológicas[10]. Articulación definida oportunamente por Bourdieu con el concepto de jerarquía de los actos epistemológicos.

En las líneas siguientes se presenta un esquema simple de la propuesta entendida como proceso social trasvasado por múltiples determinaciones. Exigente de movimientos estratégicos y puestas en acción de diferentes tácticas de aprehensión.

Cuadro esquemático de una propuesta de la lógica dialéctico/construccionista

Movimientos Estratégicos Movimientos tácticos Acciones
En búsqeda de la Unidad de “lo lógico” y “lo histórico” a) Crítica a las prenociones y primeras imágenes sistemáticas del objeto
  • Problematización del problema
  • Rupturas con las doxas
  • Auto-socioanálisis
  • Formulación de primeras imágenes sistemáticas del objeto
  • Planeamiento estratégico
b) Construcción del modelo teórico pertinente al objeto (MTPO)
  • Invariantes del modelo
  • El plan de análisis conjuntivo
  • Construcción de las tecnologías de producción de datos y de análisis (métricos y/o semio-lingüísticos)

Segundo Movimiento estratégico: Reconstrucción de la lógica específica del objeto

Movimientos Estratégicos Movimientos tácticos Acciones
De la reconstrucción de la lógica específica del objeto específico a) Comparar el modelo teórico pertinente con la empiricidad
  • Puesta a prueba de MTPO
  • Análisis e interpretraciones
b) Imaginar nuevas relaciones
  • Construcción de segundo MTPO (aggiornado)
c) Comparar constantemente
  • Elaboraciones sucesivas de MTPO
d) Reconstruir la lógica del objeto
  • Identificación de la instancia de saturación teórica

Tercer movimiento estratégico: Exposición en la esfera público

Movimientos Estratégicos Movimientos tácticos Acciones
De la exposición en la esfera pública a) Elaboracion de estrategias discursivas no empiristas
b) Identificar a posibles destinatarios
c) Presentación pública de supuestos y de los obstáculos aprecidos

Breve desarrollo de los movimientos estratégicos

Tras esta presentación esquemática, se detallan en forma sintética los contenidos de los difernetes movimientos estratégicos, identificados según la operaciones de conocimiento involucradas y los preceptos tecnológicos construidos de manera pertinente.

Primer Movimiento estratégico: En la búsqueda de la Unidad de “lo lógico” y “lo histórico”

¿Por qué la búsqueda de articulación entre “lo lógico” y “lo histórico”? A partir de esta pregunta se intenta fortalecer una apuesta diferente al falsacionismo “sofisticado” y el empirismo ingenuo de algunas propuestas cualitativistas o posmodernas del textualismo antropológico.

A fin de evitar exponer una historia compleja de la filosofía de la ciencia, la sociología del conocimiento de de la ciencia y de las diferentes apuesta epistemológicas, en cuanto a objetos tales como la realidad la realidad social, el conocimiento y las prácticas sociales se remite a textos anteriores (Becerra, 2002) que ayudan a entender como en la construcción del conocimiento científico la articulación de lo lógico (entendida como la teoría y los discursos sociales existentes) y lo histórico (entendida como la realidad) es producto de una búsqueda sistemática de otorgamiento/imposición de sentidos. Aquel conocimiento, presentado en forma de enunciados afirmativos, recuerda que:

  • La realidad social se dinámica, móvil, síntesis de múltiples determinaciones, significamente estructura, y direccionable;
  • No existe base empírica neutral, pues la ligazón discurso/realidad es arbitraria;
  • La realidad esta mediada por el uso de la lengua;
  • La historia de las disciplinas muestra la co-existencia de discursos competidores y alternativas respecto a la realidad;
  • No existe una mejor teoría para dar cuenta de la realidad;
  • Necesariedad de una renovación permanente de la teoría pues siempre se encuentra desfasada ante el movimiento de la realidad y la formalización de los discursos
  • La ciencia es producto social, y por lo tanto producto de una economía política de la verdad;
  • Paradigmas responden más a cuestiones sociológicos y menos a las estrictamente lógicas (ausencia de algoritmo que permita dar cuenta de la mejor teoría)
  • Los hechos empíricos (las facticidades) pueden ser incorporados a diversos teorías, que en su sentido global otrogarán diferente peso y ubicación en el contexto de otros hechos;
  • El agente social es reflexivo y por lo tanto, puede modificar la realidad que lo envuelve,
  • Conocimiento es un proceso social repleto de obstáculos (por lo tanto, el progreso de la ciencia lo es menos de contenidos que de conocimientos y reconocimienteos de los obstáculos a superar para crear conocimiento);
  • La teoría es siempre un producto de condiciones de emergencia (economía política de la verdad), por lo tanto no puede ser aplicable -sin cuestionamiento previo- a cualquier historia, tiempo y espacio;
  • La práctica de investigación muestra la debilidad epistemológica del proceso de operacionalizción (popperiano/lazarsfeldiano) recurriendo al juicio de expertos que aseguran (vía acuerdo) el pasaje de los conceptos abstractos a los indicadores ante la imposibilidad de crear indicadores desde apuestas exclusivamente lógicas;
  • Existencia de hipótesis ad-hoc en la investigación para evitar que una teoría (el marco teórico del problema) “caiga” (no se elegida) y sea falsada (hipótesis ad-hoc que pueden presentarse porque el pasaje de los conceptos a los indicadores no tiene solución lógica (y por lo tanto inapelable ante la razón, o porque el diseño de la investigación no tuvo en cuenta ciertas características de las unidades de análisis, etc.)
  • El status de la realidad socio-histórica se encuentra presente en la relación de conocimiento a partir del interés por reconstruir la lógica específica del objeto [11]. De este modo, los hechos de la realidad (la historia, los datos) son constitutivos de la teoría a partir de su presencia como i) “lo empírico” conceptualizado (lo cual exige un uso crítico de la teoría disponible a fin de poder usar aquellos conceptos que mejor respondan a las relaciones sociales e históricas), ii) historicidad de los fenómenos conceptuzalizados, iii) hechos históricos no-teorizados, y iv) ejemplos históricos de aspectos teóricos.

En este sentido, la búsqueda de la unidad de “lo lógico” (las teorías científicas) y “lo histórico” (“la realidad empírico”) retiene las nociones básicas de que si sólo existe el mundo que es nombrado, es imposible pensar en la empiria sin la mediación de los discursos que lo “formatean”, que lo “in-forman”.

Entonces, si la ciencia es un particular tipo de práctica social que pretende hablar el mundo, y como si fuera poco, hablar con verdad (regímenes de verdad), las primeras tácticas del proceso de investigación deberían centrar sus miradas en el análisis de las prenociones, los obstáculos y la identificación de primeras imágenes de un objeto distinto y nuevo al surgido en los primeros balbuceos teóricos, a saber:

  1. Problematizar y deconstrucción radical de la emergencia como problemas sociales y científicos (problematización),
  2. cómo fueron construidos discursivamente (análisis de las doxas del sentido común y académica), intentando establecer la economía política de la verdad y sus interacciones con la sociología del campo intelectual.
  3. la posición en el campo científico de aquellos productores de discursos considerados “verdaderos”. Además es el momento en que el propio investigador puede comenzar a explicitar sus intereses puestos en juego a la hora de aprehender el objeto, y no sólo los referidos al conocimiento y a su posición en el campo académico, sino también con las vinculadas a sus “razones” biográficas (auto-socioanálisis)
  4. Elaboración de las primeras imágenes sistemáticas, pues a partir de la deconstrucción del objeto que viene definido y elaborado socialmente es posible avanzar hacia su reconstrucción gracias a la inserción en un sistema de relaciones que le da su identidad.

Sin embargo, la tarea de la articulación discurso/empiria desde esta perspectiva exige un paso de mayor complejidad: la construcción del modelo teórico pertinente a la lógica del objeto (MTPO) .

Este instrumento de conocimiento es importante porque sobre sus principios se elevan toda una serie de exigencias cognitivas que rompen con los empirismos ingenuo y sofisticado y el pasivismo intelectual. El modelo impone la aceptación de una postura activa y sistemática.

Pero en su contrucción, el proceso de modelización, juega con los hechos conceptualizados y no conceptualizados [12], teoriza a partir de experimentaciones mentales; crea unidad de sentido, pero en íntima relación con la significación que los hechos adquieren en el fenómeno estudiado, y si es necesario -en el marco del pensamiento comparativo-incorpora “datos secundarios directos e indirectos” de otras esferas de la realidad análogas al que permitan cerrar de forma sistemática, coherente y consistentemente, la imagen mental que a modo de rempecabezas -y como esto lo permite, en la dinámica ensayo/error- la imagen mental[13].

En esta aproximación espiriforme, la necesidad de recuperar a propósito de imaginar un “objeto posible” no se limitarán a los datos citados, también podrían utilizarse como “herramientas del pensamiento” aquellas producciones culturales que fortalacen la imaginación y fortalecen la comprensión científica (literatura, documentos biográficos, experiencias personales, producciones cinematográficas, etc.) ya sea porque favorecen la elaboración de hipótesis negadas por la cultura académica o porque facilitan la tarea del investigador para arriesgar explicaciones a situaciones que les sería imposible “observar personalmente”.

Respecto al diseño de la investigación propuesta, la perspectiva de la construcción del objeto, obliga a pensar en términos de “flexibilidad” y de respeto a la “emergencia”, muy próximos al comprensivismo/naturalista. Es decir: el diseño no se establece completamente antes del inicio del trabajo de campo, aunque el juego de armado posibilitó las pistas para un primer abordaje. Desde luego, durante el proceso siguiente de confrontación con la empiria “emergerán” nuevas posibilidades que obligarán a tantas decisiones como pertinentes se muestren al objeto. En síntesis: este MTPO será sometido a comparación con la realidad empírica y a partir del “choque”, comenzará el camino de reconstrucción de la lógica específica del objeto.

Segundo Movimiento estratégico: La reconstrucción de la lógica específica del objeto

¿Por qué se habla de la reconstrucción teórica de la lógica específica del objeto específico? Porque el MTPO ha sido construido con los “ingredientes” pertinentes: aquellos que pueden dar cuenta de ese fenómeno particular, y de ningún otro. No se intenta una aplicación deductiva de principios teóricos (ver supra), sino una construcción realista, crítica y reflexiva. Estas características guían las tácticas siguientes, a saber:

  1. De la sistemática puesta a prueba del modelo teórico y sus constantes reelaboraciones: A partir de la elaboración del modelo teórico inicial de la lógica del objeto (que ya impone los instrumentos de producción de información de acuerdo a la lógica puesta en discurso en la modelización) se inicia un proceso dialéctico entre instancias de producción del dato, comprobación de las relaciones construidas en el momento anterior y corrección (ajuste de la modelización) que lleva a la elaboración de tantos modelos teóricos provisionales como fuesen necesarios, al modo de un círculo metodológico, en un proceso espiriforme que produce y densifica la aprehensión del objeto.
  2. Instancia de la saturación teórica: Este círculo -que no tiene nada de vicioso y mucho de permanente “ajuste de cuentas”- se despliega incesantemente hasta alcanzar una construción teórica saturada. Es decir hasta que cada uno de los eslabones de la cadena ha encontrado “su” lugar y se vea corroborado por las aproximaciones anteriores. No está demás decir, que esta táctica incluyen el análisis sucesivo y/o simultáneo de los instruimentos de producción de datos, sean estos métricos o semio-lingüísticos, propios de las llamadas investigaciones cuantitativas o cualitativas, respectivamente.

Tercer Movimiento estratégico: De la puesta en circulación en la esfera pública

¿Por qué la exposición es una instancia de la práctica de la investigación? Al finalizar, se presenta un movimiento estratégico generalmente descuidado. Descuido relacionado con las implicancias del conocimiento en las políticas de la verdad y la dirección sobre la realidad político-social[14].

Existen varios manuales para redactar informes de investigación, pero todos tienen la misma carencia: olvidan la configuración del campo científico (búsqueda de reconocimiento, mantenimiento de cuotas de poder y de las ayudas económicas, las diferentes carreras científicas, etc.). De última, se dan todas las condiciones como para que se alteren, se escondan o se magnifiquen ciertos datos o análisis con la intención de mejorar la situación global en el campo[15]. Finalmente, estos manuales olvidan presentar -en su intento de ser neutrales y enseñar “las técnicas” de redacción- la articulación de este campo científico y el campo del poder. En este sentido, las tácticas vinculadas al tercer movimiento estratégico pueden asumir las diferentes modalidades:

  1. Elabrar las estrategias discursivas: en tanto y en cuanto producen “efecto de realidad” es importante descartar los discursos empiristas;[16]
  2. Imaginar al determinar el destinatario: al pensar que los verdaderos críticos de la “verdad científica” son los mismos pares/colegas. Ellos son quienes -a la manera de Minguito, el recordado personaje de Altavista- “levantan el manolito o, la lápida”. Pero además, pensar en los políticos, en tanto la aceitada relación ciencia/política -especialmente las disciplinas sociales-, torna posible la utilización del conocimiento producido por parte de los agentes dominantes del campo del poder[17]. De esta forma, sería posible la utilización del conocimiento para fines de “ingeniería social”, para crear tecnologías del yo, parafrasenado a Foucault; [18]
  3. Asimismo, la táctica más importante de esta estrategia consiste en menos en las difusión de las conclusiones, como en la presentación pública de los supuestos, de la teoría subyacente a cada cuadro, cada instrumento de producción de datos, y máas: fundamentalmente, a la exposición de los obstáculos epistemológicos (cómo conocer), políticos (problematizaciones y cuestionamiento radical de las demandas) y sociológicos (auto-socioanálisis) que debierón superarse para lograr el conocimiento finalmente producido[19].

Un reinicio

La propuesta dialéctico/construccionista presenta dificultades. No son menores. Y entre ellas, imponerse como una lógica alternativa a la hegemonía de las lógicas disyuntivas. Pero este trabajo, simultáneamente cognitivo y político, requiere de esfuerzos sistemáticos y colectivos.

La puerta está entreabierta y no se ha cerrado…

Notas

[1] A modo de ejemplo podría mencionar a los siguientes autores: Hernandez Sampieri, et.al (1998), Taylor y Bogdan (1988) y Horacio González (1998). [volver]

[2] Concepto propuesto por Giddens para dar cuenta del efecto científico del hipotético/deductivismo. Bourdieu hace referencia a la “triada capitolina”, y a la “multinacional científica” integrada por Parsons-Merton-Lazarsfeld. [volver]

[3] Recordar a Lazarsfeld. Un texto crítico sobre su papel como investigador fue redactado por Pollack en su artículo “La multinacional científica” (existe traducción al castellano). [volver]

[4] Es importante tener presente que muchos divulgadores del método de investigación como proceso dialéctico (Rojas Soriano, Sabino, entre otros) a pesar de sus críticas al método hegemónico no han podido desprenderse de sus ataduras. [volver]

[5] Los esfuerzos desplegados sobre los tres niveles de la construcción del objeto son protagonizados en la actualidad por Pierre Bourdieu, Hugo Zemelman, Enrique de la Garza Toledo, entre otros. En Argentina podría mencionarse el trabajo sistemático del Dr. Juan Samaja, especialmente en su libro Epistemología y Metodología y en sus cursos de postrado. Aprovecho la oportunidad para manifestar el profundo respeto que me merece el profesor Samaja, con quien he compartido variados espacios y de los cuales siempre he salido enriquecido. Y en opinión de Saltalamacchia, si bien enfoques nuevos surgidos a fines del siglo pasado han contribuido “a poner en jaque la hegemonía” del hipotético/deductivismo, este todavía goza de una hegemonía indiscutida. La reflexión es oportuna si se analizan programas de estudio de las asignaturas de investigación de las variadas universidades argentinas. [volver]

[6] Sobre el Método Hipotético-Deductivo pueden leerse los siguientes textos: Klimovsky, Schuster, Popper, García, Merton (cuando vincula H-D con Teorías de alcance medio), Greenwood, Lorenzano, Bunge, Sabino. [volver]

[7] Según Castells (1968:67) existe un “formalismo aparente” que sería aquel a través del cual se organizan en forma coherente una serie de observaciones o también, en la cual una serie de construcciones teóricas se “rellenan” de datos. Sin embargo, esta modalidad constituye una práctica del empirismo-lógico. [volver]

[8] Es importante recordar que para Popper, una hipótesis no puede ser verificada, a lo sumo corroborado si soporta la prueba de la falsación. [volver]

[9] Dejo constancia del diálogo en ausencia que sostengo con Samaja (1995:212 y ss.), mediado por los aportes de los intelectuales incluidos dentro de una epistemología crítica (Bourdieu, Foucault, Zemelman, Garza Toledo, etc.). [volver]

[10] Bourdieu ha formulado esta triada a partir del concepto “jerarquía de los actos epistemológicos” que incluye conquista (nivel epistemológica), construcción (nivel teórica) y comprobación (nivel tecnológico). [volver]

[11] A diferencia de la lógica explicacionista/hipotético-deductivista donde la realidad ingresa como dato que de mayor contenido de verosimilitud o verdad a las teorías a elegir. En esta propuesta, explicar implica subsumir a fenómeno a una ley (en el caso de las investigaciones sociales, el denominado Marco Teórico) que orienta -por su propia lógica y encadenamiento- las búsquedas y relaciones. Y la teoría es falseada -no por los datos o enunciados básicos- sino por otra teoría que reorganiza los datos obtenidos (y esto porque los datos en sí-mismos no dicen nada). [volver]

[12] Obtenidos y previa recuperación epistemológica, de “datos secundarios directos” (entrevistas, descripciones, etc.), entre otras fuentes posibles. [volver]

[13] si la imagen fuera necesaria, podría decirse que el investigador hasta la aplicación de esta táctica de investigación, todavía no ha necesitado salir de las biliotecas. [volver]

[14] Samaja (1995:212, 218 y 225) en este sentido es clarísimo al proponer como como características el carácter demostrativo de la presentación y la existencia de “hipótesis retóricas”. [volver]

[15] Recordar a Merton y su famoso CUDEO. [volver]

[16] La estrategia empirista en el discurso de la ciencia pretende conferir a su enunciado el estatuto “verdadero”, pretende persuadir a los destinatarios la “neutralidad” de las decisiones episteméticas, teóricas y tecnológicas. Estas, desde esta postgura empirista, no son antojadizas, azarosas y menos arbitrarias. Todas ellas se esmeran por demostrar que no hubo impsiciones sobre el objeto, sino que -podría decirse- “brotaron” de los mismos datos. En otros términos, lo decidido fue la única posibilidad que el objeto de análisis permitía pensara. [volver]

[17] Suele afirmarse que la mejor confirmación de la teoría marxista respecto de la caída del capitalismo, se encuentra en las políticas keynesianas de la década del ’30 en EEUU. [volver]

[18] Recordar a Habermas y sus intereses (técnico/dominación; comprensivo y crítico emancipatorio). [volver]

[19] Esto encuentro sustento en la creencia de que la acumulación de conocimiento no se produce por la suma de contenidos, sino que se acumulan saberes sobre las formas de producir conocimiento y especialmente sobre los obstáculos que debieron ser superados para producir ese conocimiento. [volver]

Bibliografía

ACHILLI, Elena (1994) Las lógicas de la investigación social, inédito.

BOURDIEU, Pierre, et.al. (1988) El oficio de sociólogo, México D.F., Siglo XXI.

CASTELLS, Manuel (1968) La práctica del sociólogo, Santiago de Chile, Flacso

GARZA TOLEDO, Enrique de la (1988) El círculo concreto-abstracto-concreto, México DF, UAM-I

HERNANDEZ SAMPIERI, et. al (1998) Metodología de la investigación, México DF, McGraw-Hill

SAMAJA, Juan (1995) Epistemología y metodología, Bs.As, EUDEBA

TAYLOR, S & BOGDAN, R: (1985) Introducción a los métodos cualitativos de investigación, Bs.As. Paidós

ZEMELMAN, Hugo (1992a) Historia de la razón Vol.1, Barcelona/México DF, Antrhopos.

-(1992b) Historia de la razón Vol.2, Barcelona/México DF, Antrhopos.

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